Por: Marco Antonio Hernández
Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos. Doctorado en Antropología.
Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos. Doctorado en Antropología.
El héroe cultural
La población mexicana actual suele atribuir una serie de valores al xoloitzcuintle. De esta manera, el animal se concibe como un fósil viviente, es decir, un testigo vivencial de la gloria prehispánica. Sin embargo, todas las especies animales nativas que pueblan el territorio mexicano existen desde épocas remotas. Prácticamente todas poseen mayor antigüedad que el xoloitzcuintle tomando en cuenta que la mutación que le dio origen es relativamente reciente en términos biológicos. Por otro lado, el carácter mitológico del xoloitzcuintle tampoco es un atributo exclusivo de este animal ya que múltiples especies de mamíferos, reptiles, aves, invertebrados, entre otros, pueblan el mundo simbólico y religioso mesoamericano (Seler, 2008). Cabe cuestionarse el motivo por el cual el xoloitzcuintle provoca reacciones tan particulares. Una posibilidad que contribuye a ello es la construcción del mito moderno del xoloitzcuintle como héroe cultural.
Misia Landau estudió el discurso paleoantropológico desde una perspectiva literaria. (Lewin, 1987). Para ello recurrió a la estructura morfológica de los cuentos rusos basándose en la obra de Propp. El análisis arrojó luz acerca de la estructura del argumento paleoantropológico destacándose el hecho de la construcción de un héroe épico el cual es presentado y a continuación desarrolla una serie de hazañas cuya consecución lo conducen a un destino final. De acuerdo al análisis de Landau, este héroe es un antropoide, un simio o un diminuto prosimio que debe enfrentar una serie de desafíos ambientales antes de culminar con la aparición de la civilización. Las hazañas de este héroe cultural se resumen en diversos momentos que incluyen el descenso de los árboles, el desarrollo de la inteligencia, la postura bípeda, la creación de herramientas, entre otras. Distintos autores suelen ordenar los pasos en secuencias diferentes.
Al igual que el primate primordial, el xoloitzcuintle se erigió como una figura épica cuya trayectoria lo enfrentó a múltiples adversidades antes de consumarse como un emblema viviente de un pasado prehispánico idealizado. De esta manera, el xoloitzcuintle se constituyó como un ente prístino que encarna la mexicanidad al grado de alcanzar una apoteosis. Posteriormente, este héroe mexicano se enfrenta a la destrucción del mundo prehispánico e incluso a un exterminio activo por parte de los colonizadores europeos. El olvido y el destierro durante cinco siglos lo relegan a una vida rural, feral e incluso supuestamente salvaje. Su tenacidad y vitalidad le permiten superar todas las pruebas y sobrevivir hasta el presente, momento en el cual recupera la admiración humana y se transforma en el icono del pasado viviente.
La calidad de héroe cultural del xoloitzcuintle trajo consecuencias para los cachorros con pelo. Concebidos erróneamente como impuros, se exacerbó su rechazo y negación. En la crianza se pasó con gran facilidad de la simple exclusión, encaminada a paulatinamente disminuir la incidencia de cachorros con pelo, a su exterminio con métodos crueles. Se trataba de un hecho no sólo aceptable, sino moralmente válido ya que simbólicamente la purificación de la raza representaba el exterminio de lo no mexicano y la defensa épica del venerable héroe cultural. Con el conocimiento actual, esta práctica innecesaria tiende a disminuir.