En realidad, toda crianza o
cultivo es selectivo desde el momento en que el ser humano elige qué individuos
de una especie se reproducirán con algún fin. Todas las plantas y animales
domésticos están sujetos a este proceso[1].
Los humanos criamos o
cultivamos seres vivos con una meta fija y se van seleccionando las
características deseables. Es importante establecer que más que "correctas
o incorrectas" se debería hablar de "deseables o no deseables"
ya que en realidad dependen del fin buscado. Por ejemplo entre las vacas, según
el caso, se preferirá criar a las que producen más leche o bien a las que sean
más masivas y produzcan mayor cantidad de carne. Una característica no es mejor
que la otra, sino que será más o menos deseable según deseemos lácteos o
cárnicos.
El proceso de selección
actualmente se realiza con técnicas sofisticadas siguiendo preceptos
científicos. De hecho, la zootecnia consiste justamente en optimizar el
desarrollo de las poblaciones animales domésticas, mientras que la agronomía y
la horticultura se encargan de los vegetales. Pero en el pasado se hicieron
grandes selecciones siguiendo métodos empíricos. El maíz comenzó siendo un
pasto poco productivo y ahora, tras siglos de selección, cada planta produce
cientos y cientos de granos cada una.
Muchos aficionados al xoloitzcuintle
y a los perros en general no se conciben como criadores selectivos cuando
reproducen a sus perros. Sin embargo lo son puesto que el simple hecho de
escoger a la pareja implica que deseamos obtener características dadas. Así sea
de manera empírica, siempre hay una selección, que puede ser tan simple como
decir: cruzo a mi xolo con otro xolo porque quiero tener más xolos (eso ya es
una meta deseable), lo cual no sucedería si cruzamos con un perro que no sea
xoloitzcuintle, ya que entonces se obtienen mestizos (meta indeseable).
En realidad cuando la gente
busca pareja para sus perros se fija en muchísimas características a la vez:
“Escogí a este porque me gustó tal o cual característica”, así sea “la carita”,
“el carácter”, “el copete”, “el color” etcétera.
Desde una perspectiva más
formal, la norma racial establece las características deseables y la meta es
producir perros lo más cercano posible a dichas normas. Por lo tanto es
importante leerlo y conocerlo para que todos podamos producir cachorros cada
vez más deseables. Los grandes criadores es lo único que hacen: seguir las
normas lo más posible. El documento denominado estándar o norma racial define
las características ideales de dicha raza[2].
Estas normas las emiten las
instituciones canófilas del país de origen de la raza, en este caso la
Federación Canófila Mexicana (FCM), y se avalan por la Federación Cinológica
Internacional (FCI). El estándar se emite o debería emitirse, tras un estudio
profundo sobre la raza. Los criadores selectivos estudian el estándar y
comparan las características de sus ejemplares con dicha norma. En cada camada,
eligen aquellos ejemplares más próximos a dicho ideal escrito para
reproducirlos y de esta manera obtener una siguiente generación, con la idea de
apegarse cada vez más a la meta planteada.
Las exposiciones caninas son
concursos en los cuales se presentan los ejemplares
producto de esta crianza selectiva y las evaluaciones o puntuaciones se
relacionan con la proximidad de cada ejemplar a dicho estándar. Es decir que
los perros con las características más deseables se
transforman en campeones y esta certificación es la que justifica la
reproducción en la siguiente generación.
Además, un criador debe
monitorear y conocer a detalle las enfermedades
hereditarias y llevar un registro de las mismas. Sólo los ejemplares sanos
deben reproducirse.
De manera similar, es importante
conocer las llamadas faltas eliminatorias. Estas son características que
contradicen la esencia de una raza al extremo tal que es importante no
incluirlas y tratar de evitarlas. La eliminación se refiere a la reproducción,
no a la dignidad ni importancia de un perro dado.
Un ejemplar con una falta
descalificatoria no vale menos ni es menos importante en términos sociales o
afectivos, pero sí es altamente recomendable no repetir su herencia en futuras
generaciones. Faltas descalificatorias incluyen orejas caídas, mordida
incorrecta, entre muchas más.
El anterior es un punto
delicado porque el afecto que une a los perros con las personas es muy fuerte.
Si alguien tiene un perro con una falta eliminatoria, la persona tiende a
ignorarlo y protege más al perro e incluso argumenta a favor de su reproducción
(o la realiza). Generalmente el argumento es el no estar interesado(a) en la
canofilia. Cuando esto sucede, lo único que se obtiene es una alta incidencia
de cachorros que de nuevo portan la falta descalificatoria y por lo tanto,
lejos de ayudar a la raza, se disminuye la calidad promedio de la misma.
Tal vez otros ejemplos pueda
ilustrar mejor este punto. Si necesitamos caballos de carreras y de pronto entre
ellos nace uno que no puede correr a alta velocidades por alguna característica,
entonces ese potro puede ser un caballo muy bonito y tierno e incluso puede
tener una vida feliz y ser útil en muchas tareas, pero no tiene caso seguir
pensando en él como un velocista. Reproducirlo ya no producirá más caballos de
carreras.
Imagínense qué hubiera
pasado si los ancestros hubieran dicho: estas plantas de maíz son muy lindas,
no sé, por el color del grano, aunque dan pocas semillas. Plantémoslas en vez
de preferir las que dan muchos granos.
El xoloitzcuintle se puede
definir como un perro de tipo primitivo y tropical. A partir de esta
concepción, las orejas erectas y el pelaje corto se constituyen en metas
deseables, junto a muchas otras variables descritas en el estándar. En
beneficio de la raza en su conjunto, resulta importante reflexionar acerca de
la pertinencia de cada perro al momento de decidir su reproducción o limitarla.
Existen muchos
xoloitzcuintles típicos, registrados o no, suficientes para generar nuevas
generaciones sin la necesidad de fortalecer características que no se
consideran deseables en esta raza.
[1]
Para mayor información, véase “El xoloitzcuintle y la norma racial” en Sobre
etnozoología urbana: los colores del xoloitzcuintle, tesis doctoral de
Marco Antonio Escampa-Abarca, la cual puede ser consultada en la siguiente
liga: http://issuu.com/marhea62/docs/sobre_etnozoolog__a_urbana_los_colo
[2] El
estándar puede ser consultado en: http://es.scribd.com/doc/220551819/234g05-es
, así como en la página oficial de la FCI: http://www.fci.be/