Los restos arqueozoológicos encontrados en diferentes excavaciones, indican que el perro atravesó con el hombre el estrecho de Bering, que lo siguió en su caminar por lo que ahora son Alaska, Canadá, Estados Unidos de Norteamérica, México, centro y Sudamérica, hasta la Patagonia[1]. Durante esta larga travesía y convivencia fue utilizado en rituales, como alimento[2] y en tumbas como acompañante al inframundo.
Se calcula que hace aproximadamente
7,000 años el perro ya había abarcado el territorio de lo que en la actualidad
es México[3].
Esta prolongada asociación inspiró varios relatos que tratan de explicar su
presencia las culturas mesoamericanas. Uno de ellos, de origen nahua, es el que
habla de como los cánidos fueron hechos por los dioses:
Dice la “Leyenda de los soles”, contenida en el Códice Chimalpopoca[4]
- manuscrito realizado entre 1558 y 1561 - que los perros fueron creados como castigo a
una desobediencia a las deidades. Resulta que después de finalizado el sol de agua
(Nahui Atl), cuando los hombres se convirtieron en peces, los dioses
protegieron a una pareja de humanos, llamados Tata y Nene.
“Les habló Titlacahuan a Tata y a su mujer Nene; les dijo: ‘Ya no os
preocupéis [de nada]. Ahuecad un ahuehuete grande: allí entraréis cuando en [la
veintena de huei]tozoztli se hunda el cielo’. Allá entraron; y al taparlos, les
dijo [Titlacahuan]: ‘Una sola mazorca comerás, y una sola [comerá] también tu
mujer’. Y cuando se la acabaron encallaron, encallaron en la arena; se sentía
que ya estaba seca el agua, [porque] ya no se movía el tronco, y entonces
[éste] se abrió. Luego vieron unos peces, y encendieron fuego; [allí] asaron
los peces. Vinieron a ver los dioses Citlalinicue y Citlallatónac, y dijeron:
‘Dioses, ¿quién está haciendo fuego?, ¿quién está ahumando el cielo?’.
Después bajó Titlacahuan Tezcatlipoca, y los riñó diciendo: ‘Qué haces
Tata?, ¿qué estáis haciendo?’ Luego les cortó el cuello, y les puso las cabezas
en las nalgas; así se convirtieron en perros”[5].
En la temporada de lluvia – como se
los indicaron los dioses - la pareja entró en su embarcación. Navegó en el
tronco ahuecado de un ahuehuete, teniendo, cada uno, como único alimento una
mazorca de maíz. Al terminar la inundación, cuando su transporte no se movía,
decidieron bajar y comer algunos peces asados violando la determinación los
dioses. El humo que manchó al cielo fue
el responsable de enterar a las deidades. Entonces Tezcatlipoca, otro de los
dioses creadores y contraparte de Quetzalcóatl, los castiga volviéndolos
perros. Se dice que debido a esto “a los perros les apesta el hocico, no así el
ano”[6].
Después de este episodio mítico vendría
la definitiva creación del hombre, cuando Quetzalcóatl baja al inframundo por
los huesos de los gigantes que dan lugar a un ser humano nuevo al que habrá que
alimentar con maíz.
Septiembre de 2012.
[1]
VALADEZ, Raúl. et al. El perro pelón, su origen, su historia.
México, UNAM-IIA/UADY, 2010, pp. 17-20
[2] VALADEZ
AZÚA, Raúl. La domesticación animal. México, UNAM-IIA-PyV, 1996, p. 85
[3]
VALADEZ, Raúl. et al. El perro pelón… Op cit.,
p. 20
[4]
Primo Feliciano Velázquez - su traductor -
considera como autores a dos discípulos de fray Bernardino de Sahagún.
ESTEVE BARBA, Francisco, Historiografía Indiana. España,
Gredos, 1992, pp. 267-268
[5]
TENA MARTÍNEZ, Rafael (edit.) Mitos es historias de los antiguos nahuas.
Paleografía y traducciones. México, CONACULTA, 2011, p. 177
[6] VALADEZ
AZÚA, Raúl. La domesticación… Op cit., p. 89